Un grupo de expertos hicieron un llamado a tener mecanismos de cooperación tributaria que permitan afrontar las emergencias climática, sanitaria y socioeconómica de forma colectiva.
La mayor parte de los países de América Latina estuvieron muy afectados por la respuesta a la pandemia, razón por la que tienen poco músculo fiscal. Sin embargo, en esas condiciones, han tenido que afrontar una nueva crisis inflacionaria que pone al límite su capacidad de reacción. La inflación y el consecuente aumento en los precios de los alimentos y la energía están llegando a niveles históricos, y tienen un efecto desproporcionado sobre los más vulnerables. En este contexto difícil, la política fiscal debería jugar un papel decisivo.
Por eso, durante la Segunda Semana por los Derechos Humanos en la Política Fiscal tuvo lugar un encuentro entre expertas y expertos que reflexionaron sobre la respuesta a esta crisis, que de ninguna manera debería suponer un retorno a la austeridad o un sacrificio fiscal que incremente la desigualdad, sino que debería contemplar la ampliación de la capacidad del Estado, explorando medidas sociales y fiscales que recaigan sobre los más ricos.
Aquí destacamos algunas de las medidas que se plantearon durante el diálogo:
Reformar el sistema tributario internacional
Alejandro Rodriguez-Llach, de la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Internacional (ICRIT), mencionó que en el camino por mejorar la tributación corporativa y la transparencia internacional se requiere que los países del Sur Global tomen medidas alternativas unilaterales para proteger su base tributaria, lo que implica, por ejemplo, tener impuestos a los servicios digitales. También se requiere cooperación entre los países para para establecer tarifas efectivas mínimas más acordes a las tarifas promedio de América Latina.
Tener un espacio de formulación tributaria regional
A diferencia de África, en América Latina y el Caribe no existe un espacio de tributación regional. Si bien existen iniciativas de la sociedad civil, hace falta un espacio de formulación tributaria regional con políticas comunes. De acuerdo con Jocelio Drummond, de la Internacional de Servicios Públicos (ISP) de Brasil, esta situación puede cambiar con los nuevos gobiernos de izquierda que se posesionaron en la región o que podrían ser elegidos en los próximos meses.
Generar cooperación tributaria regional
La política fiscal tiene al menos tres funciones: la estabilización macroeconómica, la asignación de recursos públicos y la reducción de desigualdades. En ese sentido, Grazielle Custodio, de Oxfam América Latina, tiene dos propuestas sobre las que avanza su organización. La primera tiene que ver con la tributación de la riqueza, pies la concentración de ésta se ha disparado al punto de que, desde el principio de la pandemia por COVID-19, cada 30 horas aparece un nuevo multimillonario, mientras hay múltiples crisis: la climática y ambiental, la sanitaria y la socioeconómica, con precios de los alimentos e inflación disparados.
Ahora bien, la tributación de las sobre ganancias empresariales es otra alternativa. En los casi tres años de la pandemia, algunas compañías, como las farmacéuticas, han logrado tener más ganancias que en cualquier otra época, y en muchos casos su riqueza queda oculta. Es por ello que Oxfam insiste en la necesidad de tener mecanismos de cooperación fiscal regional que vayan más allá de lo técnico: “un espacio político en el que se tomen decisiones para pasar de la opacidad a la transparencia, para frenar la competencia fiscal regional y detener los países fiscales”, concluye.
Abordar distinto las reglas globales
Rodrigo Echecopar, de la Iniciativa Global por los Derechos Económicos Sociales y Culturales (GI-ESCR), cuenta que, en su país, Chile, los problemas de desigualdad no necesariamente están relacionados con la Constitución que hoy rige, sino con un modelo neoliberal de 40 años que ha logrado introducir el mercado en muchísimos ámbitos de la vida, y que en 2022 llama a recuperar un nuevo pacto social. En ese país, el 0,01% de los más ricos está pagando, proporcionalmente, 50 % menos impuestos que el sector más pobre del país. Esta situación, a la que se suma una crisis climática y ecológica, no se arregla slo con reglas nacionales, sino que el entramado que rige a Chile y a la región en materia fiscal está establecido en tratados o mecanismos de globalización que tienen ciertas reglas. Lo que hay que hacer, mencionó, es abordarlas distinto, con una perspectiva de derechos.