Como cada año, desde septiembre, la Asamblea General de las Naciones Unidas se reúne en Nueva York para la versión número 78 de su período de sesiones. En estas semanas, los discursos de líderes latinoamericanos han ocupado titulares de medios, pero en la intensa agenda de discusiones sobre política internacional y derechos humanos, se destaca un escenario con claras oportunidades para promover la cooperación tributaria entre países y regiones.
Para hablar de esa oportunidad hay que remitirse al 30 de diciembre de 2022. Por ese entonces, un grupo de países, entre los que resaltan los representantes de gobiernos africanos, consiguieron que la Asamblea General de la ONU iniciara debates intergubernamentales para explorar formas de mejorar la inclusión y la eficacia de la cooperación internacional en materia fiscal. El Secretario General se comprometió además a elaborar un informe en el que se propusieran las medidas que podrían adoptarse.
Entretanto, durante los últimos meses, los países de América Latina y el Caribe han avanzado de forma significativa en el mismo tema. La Primera Cumbre Ministerial para una tributación global incluyente, sostenible y equitativa, que tuvo lugar a finales de julio en Cartagena, dio como fruto la Plataforma Regional de Cooperación Tributaria para esta región y promete ser una instancia permanente para discutir y coordinar asuntos regionales relacionados con tributación.
El antecedente latinoamericano da un espaldarazo al proceso que lleva la ONU, pues el informe en mención ya fue publicado y, tal y como ocurrió en nuestra región, insiste en la necesidad de reforzar la cooperación internacional en materia fiscal y de reformar el sistema fiscal internacional para luchar contra la evasión y la elusión fiscales y los flujos financieros ilícitos, así como para construir sistemas fiscales más justos, inclusivos y eficaces, que son esenciales para proporcionar a los Estados fondos para promover los derechos humanos y hacer frente a las crisis climáticas.
¿Qué sucede en la ONU?
Basados en ese informe, la Unión Africana (sobre todo Egipto, Ghana, Nigeria y Sudáfrica) prometieron redactar una resolución que apoyara algunas de las opciones planteadas en el documento. La resolución será discutida este mes de octubre en la Segunda Comisión de la Asamblea General de la ONU (encargada de los asuntos económicos y financieros), donde se espera que se desarrollen las negociaciones sobre los próximos pasos de una posible Convención Fiscal de la ONU.
En la sociedad civil y desde los gobiernos que apoyaron la Plataforma Regional de Cooperación Tributaria de América Latina y el Caribe hay expectativa. De hecho, el gobierno de Colombia, que asume hasta julio de 2024 la presidencia pro témpore de la Plataforma, realizó un evento para dar inicio oficial a este espacio con un diálogo conjunto entre funcionarios de las administraciones tributarias de los países miembros y sus misiones ante las Naciones Unidas, así como con representantes africanos.
María Fernanda Valdés, viceministra técnica del Ministerio de Hacienda y Crédito Público de Colombia, mencionó que, de cara al proceso que tiene lugar en la Asamblea General de la ONU, es importante que América Latina y los países africanos se unan alrededor de la cooperación tributaria internacional, pues las delegaciones de ese continente dan ejemplo en cómo crear y sostener posiciones unificadas en discusiones internacionales.
Al respecto, Chenai Mukumba, directora ejecutiva de la Red de Justicia Fiscal de África, cuenta que su continente lleva más de dos décadas insistiendo en la necesidad de construir una cooperación fiscal internacional mucho más efectiva, con un rol mucho más relevante de las Naciones Unidas en el engranaje de la arquitectura de la tributación global. En ese sentido, dice que varios son los puntos a destacar del informe que presentó el Secretario General: 1. reconocer que es imperativo que el sistema fiscal internacional refleje principios que son aplicables de forma universal y preserve nociones de tratamiento igualitario para todos los países, pues las conversaciones tributarias actuales están siendo dirigidas por la OCDE con un sistema jerárquico en el que quedan muchos países por fuera. Lo otro es que es muy importante que la conversación sobre cooperación tributaria, que está ocurriendo en muchos escenarios al mismo tiempo, aborde de forma unificada otros temas, como la desigualdad social, y los lleve de forma conjunta a la ONU.
Pero las negociaciones en las Naciones Unidas no son sencillas. Magdalena Sepúlveda, directora de la Iniciativa Global para los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (GI-ESCR) e integrante de nuestro Comité de Expertos y Expertas, afirma que el informe del Secretario General marca un hito en la cooperación internacional en materia de tributación, pues pone en el centro la necesidad de que sean las Naciones Unidas el marco en el cual se pueda desarrollar un proceso democrático e inclusivo sobre temas tributarios. No obstante, Sepúlveda dice que se requieren alianzas y consensos políticos entre los países sobre las alternativas que propone el informe, y eso toma tiempo. “La creación de un comité intergubernamental de composición abierta para discutir las opciones que tenemos para la plataforma global parece ser lo más acertado”, concluye.